lunes, 5 de febrero de 2007

Segundas vidas (II): ¿Nos alienará?

El primer punto a tratar en esto de las "segundas vidas" es si llegará un momento en el que nuestra vida virtual llegará a ser parte importante y cotidiana de nuestra vida (más importante que un mero videojuego) o si podría llegar a sustituir a nuestra vida normal.

Lo que tenemos ahora para nuestra segunda vida es algo similar a un videojuego: Second Life. Por otro lado, Second Life es muy parecido a un "chat" o a una "sala de conversación" de internet. Sólo que hay personajes gráficos y hay una interacción más física (puedes salir o entrar en un recinto, acercarte a una u otra persona, ...).

Así que, para empezar, tenemos una mezcla entre "chat" y videojuego. Así que, como hay bastante gente que dedica mucho tiempo a "chatear" y a jugar a videojuegos, es probable y aceptable que haya bastante gente que dedique mucho tiempo a jugar a Second Life.

Por un lado, habría que ver los efectos de Second Life sobre la vida de personas individuales y luego ver su alcance en la sociedad. Imaginemos que una persona elige, por ejemplo, no salir "de marcha con sus amigos" nunca más y en vez de eso elige salir "con sus amigos de Second Life". En fin, eso ya pasa (o ha pasado) con gente que tiene sólo amigos en el "chat".

Second Life hace que la cosa sea un poco más real. Ya no puedes sólo hablar con tus "amigos", sino que además puedes hacer cosas. Puedes "salir por ahí", ¿no es fascinante? Puedes reunirte con unos amigos e irte a un bar de "Second Life". Puedes estar en grupillo con ellos, puedes tomar algo (virtualmente, claro), puedes conocer gente, elegir el bar que más te gusta por su música (no estoy seguro de que esto último sea ya una realidad pero, si no lo es, lo será) o por su ambiente. Puedes acercarte a otras personas para ligar... ¡Y son personas de verdad! En fin, con sus limitaciones, es el juego de la vida. En Second Life juegas a vivir.

Esto debería afectar a la cantidad de gente que elija tener su nueva vida en Second Life. Si antes X personas se sentía atraída por la idea de que su diversión social fuera el "chat", ahora debería haber muchas más personas que se sintiesen atraídas en ese sentido hacia Second Life, ya que las posibilidades son mayores y la experiencia es mucho más rica y realista.

Así que, por un lado, aumentan el nivel de las sensaciones, con lo que el nivel de "alienación" es mayor para el indivíduo. Una persona se siente más sumergida en el mundo de Second Life porque se acerca más a la realidad. Y además este mayor realismo puede atraer a gente que antes no se sentía atraída por lo que había y en cambio ahora encuentra en Second Life su alternativa al ocio social.

Pero, suponiendo que alguien estuviese "poseído" por Second Life, existen limitaciones:
  • De algo hay que vivir. Second Life, de momento, no te da de comer. Tienes tus necesidades biológicas y un ordenador o la interacción con otros indivíduos no pueden satisfacerlas (aunque sí una buena parte de las psicológicas).
  • Falta de proximidad real. No es lo mismo. Tus amigos no están ahí siempre. Si algún día estás en apuros y necesitas amigos de verdad, puede que estén "desconectados" o que no te sirvan de nada.
  • La interacción física no existe. La interacción física es parte importante de las relaciones humanas y, sin ella, se pierde realismo. Con interacción física hay frío, calor, placer, dolor, ... Y sin ella, pues no.
Resumiendo:

Existen todavía carencias en comparación con la vida real, pero un cada vez mayor realismo atrae cada vez a más gente y hace que su nivel de adicción sea mayor. Second Life ha supuesto un paso adelante en cuanto a "emulación" de la vida real. Si la evolución sigue, la calidad de la emulación será mayor y, quién sabe, podría igualar a la vida real. Si tal caso llegase... ¿Qué ocurriría?

¿Podríamos dejar de vivir nuestra vida real? Seguramente sí. Pero, ¿qué pasaría si todos lo hiciéramos a la vez?

Más en la siguiente entrega de "Segundas Vidas".

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