martes, 17 de febrero de 2009

Rudy Fernández, y el concurso de "mates" de la NBA

El sábado pasado fue el concurso de "mates" de la NBA, dentro del fin de semana del "NBA All Stars".  Este año contaba con la sorprendente participación de Rudy Fernández, "novato" español en la liga NBA.  Lamentablemente me lo perdí, y eso que el sábado por la noche estaba viendo la tele sin nada mejor que hacer, ay de mí.  Por lo que se ve no le fue demasiado bien, pero no son pocos los que lo alabaron por su creatividad y "frescura" dentro de un concurso ya un tanto desprestigiado (quedan muy atrás esos míticos Jordan Vs Wilkins...).

Para muestra, un botón.

Enhorabuena, Rudy.  Al menos lo has intentado.

jueves, 12 de febrero de 2009

La calle Escrivá

Parece que estos días hay polémica porque van a nombrar una calle en memoria de José María Mariano Escrivá y Albás (Escrivá de Balaguer) quien a parte de hacer otras cosas, fundó el Opus Dei.

La verdad es que, si uno lo piensa fríamente, qué más dará cómo se llame una calle o se deje de llamar.  Al fin y al cabo es una calle, con aceras, casas, calzada, semáforos, tiendas, bares, borrachos, mierdas de perro, árboles, tráfico, humo de los coches, etc.  El nombre no importa demasiado.

Pero poniéndonos en situación, y pensando que una calle ha de ser nombrada con algo que sea digno de tener una calle con su nombre, nos encontramos con una situación delicada.

Belloch (en su línea de demostrar que él es el que manda) dice que "A un hombre no se le pone por consenso una calle, sino por méritos", y punto pelota.  Dice que ser santo es un mérito.  Bueno, yo creo que ser santo es un mérito con respecto a la Iglesia.  Pero el ayuntamiento no es la Iglesia (o eso creía yo), y debería medir los méritos de esa persona con respecto a los ciudadanos, la sociedad, la cultura, etc.  Vamos, lo normal.

Y no creo que Mr. Escrivá haya hecho nada en ese sentido.  No creo que merezca una calle.

Eso sí, "Todo Sobre mi Madre" también tiene una calle y habrá gente que piense que no lo merece porque no le gusta la película, o porque no le gusta el cine, o porque no sabe lo que es el cine, o porque piensa que el cine no aporta nada bueno para la sociedad, y así.  Y viene a ser un dilema parecido.

Pero bueno, al final a los políticos los hemos elegido nosotros, y ellos nos representan.  Así que más o menos no nos queda otra que tragarnos toda la mierda que generan día sí, día también. O coger el trabuco y tirar para el monte.  Pero ya no son tiempos para esas cosas.  Mejor ver la tele, salir por ahí, viajar un poco y, si te encuentras con algún político por la calle, regalarle un frasco de tu mejor mierda en agradecimiento por su labor.