[De Ángela Becerra, diario ADN. Ver el artículo original]
Es un sentimiento generalizado: cada vez vivimos más incomunicados. [...]
"¿Y esto, quién es el guapo que lo arregla?", inquirimos entre el desánimo y la indignación.
[...] Cuando emitimos actitudes cerradas, serias, distantes, el permanente eco de los actos nos devuelve la misma sintonía de onda. Sin pretenderlo, estamos haciendo crecer lo que nos preocupa.
Estamos solos. ¿Y a cuántos estamos dispuestos a escuchar en sus problemas, en sus dudas, en su soledad? Seguimos solos. [...]
[...] Y mientras, ¿por qué cada día nos cuesta más reír, atender, estimular, reconocer, felicitar, compartir e incluso agradecer? ¿Por qué esperamos de los demás lo que no somos capaces de hacer nosotros mismos?
Alguien tiene que romper el hielo. Y si buscamos el guapo que arregle nuestro pequeño mundo, sólo hay que mirarse con la mejor energía frente al espejo: allí lo tenemos.
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2 comentarios:
Yo mira que me miro y... nada ;)
Estoy enganchado al blog.
Saludos.
Pues sigue mirando, que seguro que encuentras lo que buscas, :)
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