lunes, 23 de abril de 2007

De cara a las elecciones

No sé por qué Heraldo de Aragón no publica los resultados de sus sondeos electorales en su web. Claro, lo hacen para que te compres el periódico de papel y, en teoría, ganen dinero. Pero, en fin, es un detalle bastante feo. Eso demuestra el "nivel" de la web del Heraldo. Mientras otros periódicos como El País o El Mundo están llegando a cotas excepcionales en cantidad y calidad de información (ahora, por ejemplo, puedes ver vídeos en sus webs de casi todo, cómo avanzan los tiempos), Heraldo sigue ahí, racaneando, intentando exprimir la venta de unos cuantos ejemplarcillos impresos.

Bueno, a lo que iba. Han publicado los resultados de un sondeo de intención de voto para las autonómicas y las municipales. Afortunadamente, en los días de fiesta es fácil tener un periódico de papel a mano y lo he visto. Lo destacable, creo yo, es la leve pero de importancia notable caída de CHA y la más leve recuperación del PAR. El resto... Más o menos igual.

Para CHA el golpe es duro. Según el sondeo perdería (si no recuerdo mal) 2 escaños en las Cortes y 2 concejales en el Ayuntamiento de Zaragoza. Y esto es duro no sólo por ver reflejado en el sondeo una caída de sus votos y escaños, sino por ver que no sigue subiendo. Hasta ahora había ido todo bien, viento en popa. Ahora era el momento de estabilizarse, de tirar algo más para arriba, pero menos, porque parecía que ya habían "tocado techo" electoral. Y, sin embargo, van y pierden votos... En Zaragoza: su fortín.

Uno nunca sabe por qué ocurren estas cosas pero, desde mi punto de vista, ve el posible motivo para perder el apoyo de sus antiguos votantes. Parece que les ha salido un poco mal lo de entrar a gobernar en el Ayuntamiento de Zaragoza. De cara a la galería no les han salido las cosas bien. El caso Romareda, el seminario y el tranvía les están dando bastantes problemas "de cara al público". Del seminario poco sé, la verdad, pero en la Romareda y el tranvía no acaban de controlar la situación.

En ambos casos se han mostrado dubitativos, tratando de excusarse, de justificarse y de contentar a todo el mundo (salvo a la oposicón, claro está). Y cuando se intenta contentar a todos, no se acaba contentando a nadie: ni a uno mismo. La Romareda y el tranvía son proyectos que, pese a ser ideas y conceptos que inicialmente compartía (y conmigo gran parte de la ciudadanía), han dado la sensación de ser proyectos llevados a cabo de una manera algo endeble, llenos de modificaciones, dudas y arreglos. La oposición, y con ellos los medios de comunicación, han atacado a CHA en sus dudas e inexperiencia y han cultivado esa débil imagen.

A CHA, en ámbitos y magnitudes diferentes, puede que le haya pasado como al PSOE en España. Que intentando contentar a todos, tal vez hayan tomado decisiones equivocadas. Queriendo hacer las cosas bien, han llegado a contradicciones consigo mismos.

Y por detrás venían todos (salvo PSOE, que tímidamente respaldaba a su socio), con el PAR y Biel como punta de lanza. Y ahí están, tirando de demagogia y tribunales, por un lado diciendo que "Zaragoza merece un metro y no un tranvía" y por otro achuchando a los jueces para que paralicen las obras de la Romareda.

Y parece que les ha funcionado. Ahí está, Biel con su metro de 7 líneas (toma ya, que Lisboa, por ejemplo, sólo tiene 4), recuperando terreno en los sondeos. Y ahí está la Romareda paralizada, porque, claro, la Romareda no puede hacerse ahí, oh, no, jamás, qué horror, ¡antes la muerte!

En fin, que CHA no lo ha hecho bien, al menos aparentemente (que es lo que cuenta), es cierto. Pero, ¿qué han hecho los demás? Salgan como salgan las cosas y hagan lo que hagan, puede que lo hagan mejor, o que lo hagan peor.

Yo a los de CHA les diría que no sean tan tontos, que hagan lo que ellos crean que tienen que hacer, que para eso les han votado. Y que no se dejen asustar. Y al PAR y al resto, que suerte, que por mí estupendo el metro de 7 líneas, si hay forma de pagarlo y de mantenerlo y de hacer que funcione de puta madre, y que miren a ver cómo llevan a cabo sus proyectos y sus promesas sin que se les coma la opinión pública. Aunque de eso ya saben bastante, que son perros viejos.

En fin, aún queda camino por delante. Al final, gane quien gane, que haga las cosas bien, ¡por Dios!

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